Corea del Sur, país de origen de Samsung y líder mundial de los teléfonos móviles, está orgullosa de su éxito en la esfera de las altas tecnologías. Sin embargo, las autoridades gubernamentales, sanitarias y educativas expresan su preocupación por la creciente dependencia al mundo digital.
El país asiático promueve desde hace varios años la tecnología digital como un factor clave del crecimiento de la capital, Seúl, conocida como "la ciudad más conectada del planeta". Alrededor del 70% de los 50 millones de surcoreanos tienen un smartphone, la tasa más alta del mundo, según la firma de investigación eMarket.
No obstante, los padres de familia y las autoridades manifiestan su inquietud frente a la obsesión de los más jóvenes por el mundo digital. "Sentimos la necesidad urgente de emprender un amplio esfuerzo ante el creciente peligro de la adicción digital (...), principalmente debido a la popularidad de los teléfonos inteligentes", declaró a mediados de junio el ministerio de Ciencia.
Junto al ministerio de Salud y de Educación, esta cartera pidió que las escuelas organicen cursos para prevenir la adicción a internet y campamentos vacacionales para "desintoxicar" a los colegiales dependientes.
Una encuesta nacional mostró que casi el 20% de los jóvenes son "adictos" a sus smarthphones. Los síntomas: sentirse ansioso o deprimido cuando no se tiene a mano su celular, varios intentos fracasados para reducir el tiempo que se pasa en su dispositivo, sentirse más feliz cuando se está conectado.
Kwon Jang-Hee, un ex profesor que lidera una asociación de lucha contra la dependencia digital, viaja a través del país desde 2005 para informar y advertir a los niños y a sus padres sobre un estilo de vida en el que se concede demasiado tiempo a la tecnología digital.
Kwon cita algunos ejemplos extremos en que los niños han llegado a amenazar a sus padres con suicidarse si estos confiscan sus dispositivos. Park Sung-Hee, que participó en uno de los seminarios de Kwon, espera conseguir que sus hijos pasen menos tiempo en sus móviles. "Cuando por la noche voy a sus cuartos para ver si duermen, veo la luz de sus teléfonos a través de las sábanas", explica.
En una reciente presentación frente a una clase de niños de 10 años, Kim Nam-Hee, explica que la red de escuelas Waldorf en Estados Unidos —una de las escuelas más populares entre los padres que trabajan para Yahoo! Google- prohíbe el uso de computadoras en sus locales.
"Mientras ustedes se convierten en esclavos descerebrados de los smarthphones y sus aplicaciones, la élite estadounidense, que creó estos instrumentos, no deja que sus hijos los usen", predica Kim.
"Si utilizan demasiado sus smarthphones, como el iPhone, sin utilizar su cerebro, perderán su capacidad de crear algo tan brillante e innovador como el iPhone", explicó. "Esa es la ironía del caso".
El país asiático promueve desde hace varios años la tecnología digital como un factor clave del crecimiento de la capital, Seúl, conocida como "la ciudad más conectada del planeta". Alrededor del 70% de los 50 millones de surcoreanos tienen un smartphone, la tasa más alta del mundo, según la firma de investigación eMarket.
No obstante, los padres de familia y las autoridades manifiestan su inquietud frente a la obsesión de los más jóvenes por el mundo digital. "Sentimos la necesidad urgente de emprender un amplio esfuerzo ante el creciente peligro de la adicción digital (...), principalmente debido a la popularidad de los teléfonos inteligentes", declaró a mediados de junio el ministerio de Ciencia.
Junto al ministerio de Salud y de Educación, esta cartera pidió que las escuelas organicen cursos para prevenir la adicción a internet y campamentos vacacionales para "desintoxicar" a los colegiales dependientes.
Una encuesta nacional mostró que casi el 20% de los jóvenes son "adictos" a sus smarthphones. Los síntomas: sentirse ansioso o deprimido cuando no se tiene a mano su celular, varios intentos fracasados para reducir el tiempo que se pasa en su dispositivo, sentirse más feliz cuando se está conectado.
Kwon Jang-Hee, un ex profesor que lidera una asociación de lucha contra la dependencia digital, viaja a través del país desde 2005 para informar y advertir a los niños y a sus padres sobre un estilo de vida en el que se concede demasiado tiempo a la tecnología digital.
Kwon cita algunos ejemplos extremos en que los niños han llegado a amenazar a sus padres con suicidarse si estos confiscan sus dispositivos. Park Sung-Hee, que participó en uno de los seminarios de Kwon, espera conseguir que sus hijos pasen menos tiempo en sus móviles. "Cuando por la noche voy a sus cuartos para ver si duermen, veo la luz de sus teléfonos a través de las sábanas", explica.
En una reciente presentación frente a una clase de niños de 10 años, Kim Nam-Hee, explica que la red de escuelas Waldorf en Estados Unidos —una de las escuelas más populares entre los padres que trabajan para Yahoo! Google- prohíbe el uso de computadoras en sus locales.
"Mientras ustedes se convierten en esclavos descerebrados de los smarthphones y sus aplicaciones, la élite estadounidense, que creó estos instrumentos, no deja que sus hijos los usen", predica Kim.
"Si utilizan demasiado sus smarthphones, como el iPhone, sin utilizar su cerebro, perderán su capacidad de crear algo tan brillante e innovador como el iPhone", explicó. "Esa es la ironía del caso".
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