Este artículo no es de mi autoría, fue publicado por el blog Puriy unterwegs en idioma alemán. La traducción sí la realicé yo.






Desde la distancia, se oye el ladrido de un perro, acompañado del fuerte sonido de los grillos. Este perro ladra durante horas y su ladrido me mece al dormir. Es la sorprendente calma que echo de menos hoy día. 
Desde la cama veo el Cerro Grande de Apaneca de 1816 m de altura. Aquí y allá, una columna de humo hacia el cielo y algunos techos que se dejan ver desde el denso verde. Es difícil de creer que El Salvador es uno de los países con menor área forestal en Mesoamérica. Mesoamérica menciona mi guía Eduardo, una y otra vez, cuando habla de su América Central. Luego menciona Guatemala, Honduras, Belice, Nicaragua, Costa Rica y por supuesto, su país de origen. 
Panamá no, ya que antes pertenecía al gran Imperio de Bolívar



Por la tarde en el centro de San Salvador

Ahora estoy desde hace 36 horas en este país, había pasado por alto todos mis planes de viaje y ahora los notaba tan pequeños e insignificantes. "Es la tierra de una hora" repite Eduardo una y otra vez. Lo atrapo diciendo un  par de mentirillas. Uno puede estar desde San Salvador en una hora en la playa, en un volcán, en el aeropuerto o en una finca de café, pero hasta el momento llegar Ataco, requiere un poco más de tiempo. Pero yo no lo tomo a mal. Tampoco él. Considera las calles de El Salvador como las mejores en Mesoamérica. La comparación con Honduras se mantiene, pero también hay diferencias dentro del país, y pronto me voy dando cuenta de ello.



En las calles de El Salvador estos autobuses gobiernan

Tan pronto como sales de San Salvador, se ofrece una vista panorámica única que está determinada por los volcanes. Este pequeño país tiene oficialmente 125 volcanes, de manera no oficial debe  haber alrededor de 700, incluyendo 23 activos y 7 muy activos. El nivel de actividad no lo voy a medir debido a mi corto tiempo de estadía en este país. Hay dos desastres que han afectado al país principalmente: erupciones volcánicas y terremotos, así como la guerra civil que desde los 80´s duró hasta principios de los 90´s , y llevó a la mayoría de la población, ya sea a San Salvador o para los EE.UU... Casi todo el mundo tiene familiares en los Estados Unidos.


                                                           Plaza Gerardo Barrrios
                                                         Catedral de San Salvador

                                                                     Plaza Libertad

                                                               Iglesia El Rosario

Hoy en día, un tercio de la población vive en la ciudad capital: San Salvador. El centro no es como otras ciudades que se caracterizan por una arquitectura colonial excesivamente fuerte debido a que muchos terremotos destruyeron las casas una y otra vez. Una estructura que bien vale una demolición, deja observar las ruinas parcialmente vacías desde el último terremoto en 1986 pero que no domina con ventaja el paisaje urbano. Un mayor punto de atracción es la Iglesia El Rosario en el Parque Libertad, la arquitectura te golpea directamente. Durante la Guerra Civil fue ocupada por los opositores al gobierno. Agujeros de bala en la fachada son evidencia de este periodo. = (


.

Hoy en día no se construye alto debido a los terremotos. "Los árboles son aquí Nueva York", bromea Eduardo y se refiere a los gigantes árboles de ceiba, que asemejan los rascacielos, al menos en la ilusión de los salvadoreños. Los Estados Unidos están presentes en todas partes - ya sea por los centros comerciales, las cadenas de comida, la moneda (sí, usted aquí paga con dólares de EE.UU.), o los autobuses escolares desechados de EE.UU, pintados de colores brillantes que avanzan por las calles usando frases y decoraciones. No tan magníficamente colorido como en Guatemala, pero que debe captar la atención de los pasajeros por los efectos de iluminación. "Dios está con nosotros" y si no, una destellante aleta de tiburón que muestra sus malvados dientes.

Otro medio de transporte que se puede ver en el camino a través de las aldeas hasta el Parque Nacional El Boquerón son pequeños camiones pick-ups con las camas de carga llenas de lugareños hacinados. Este sistema de transporte se originó en la época de la Guerra Civil, cuando a los autobuses en algunos días no se les permitía circular, podías tomar una de estos pequeños pick-ups.


                                                             Camino a El Boquerón

                                                     Puesto de venta en el Boquerón

                                 Visibilidad cero en esta misteriosa caminata por El Boqueón

                                                    Sendero en el Volcán El Boquerón


Coloridas casas alinean el camino de las sinuosas calles hasta el volcán Quetzaltepec o simplemente volcán de San Salvador. Una corta caminata hasta el cráter se supone debe proporcionarnos varios puntos de vista de otros volcanes. Por desgracia, caemos más en la oscuridad, o más bien en la niebla. Es casi como sentirnos dentro de un camino de columans de humo. De hecho, una erupción fugaz es posible que se produzca cada 85 a 100 años. Desde 1917, que entró en erupción por última vez, podría sin duda, volver magma hacia la cima. Desde el Cerro Verde, sin embargo, ya no subirá magma. Este volcán de 2030 m de altura, tuvo su última erupción fue hace 25.000 años. Otra vez, me conduzco en un sinuoso camino idílico hasta caminar junto al exuberante cráter. Por desgracia, incluso en este caso la vista de los alrededores cae víctima de la niebla. Vine por los volcanes, pero solo veía niebla, las nubes y más niebla.


Pausa de mediodía en el Cerro Verde.

Sendero en el Cerro Verde.

Transporte típico de los lugareños en un Pick Up

En el camino a la cima del Cerro Verde


Me quedo por unos días más, y me quedan 123 volcanes más. Pero ahora solamente sueño. Y justo antes de que el peso del sueño me alcance, escucho los sonidos de una ruidosa TV en la habitación de al lado que suaviza los ladridos de un perro.

Me levanto y salgo al balcón. El mejor programa lo ofrece la naturaleza.


Vista desde el balcón - Siempre con mi mochila.

Ataco

Transporte de agua en Ataco

Ataco y sus brillantes colores



Sigue el viaje en Instagram bajo #purlatinfever

Fui invitada por Visit Centroamérica. Todas las opiniones son mías.




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Como pueden leer en las líneas expresas arriba, esta en la opinión de una viajera alemana durante su viaje por El Salvador.
Recalco nuevamente, solamente me encargué de traducirlo a nuestros idioma.


Artículo original en alemán

Cuenta de Instagram de Puriy unterwegs


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