Este día decidí hacer una pausa en mis actividades y ver la muy buen comentada película de Guillermo del Toro, Pacific Rim.
Debo confesar que con mucho entusiasmo inicié a verla, aclarando que no soy un amante de la cultura japonesa, emprendí mi viaje visual al género Kaiju, en esa ocasión creado por el director mexicano.
Un Kaiju es un monstruo anfibio de 3.000 toneladas originario de un portal del fondo del Océano Pacífico llamado La Brecha. Sedientos de sangre y armados con ácido como mecanismo de defensa, los Kaijus están determinados a invadir nuestro planeta.
Mi experiencia no fue grata, y enumeraré las razones para no ver Pacific Rim:
1. El origen de los Kaiju: “Son los mismos que nosotros llamamos dinosaurios”. Entonces, si son los mismos seres ¿por qué ninguno asemejaba a un dinosaurio conocido? Se da una explicación sobre el porqué atacan en el año 2020 y es por aumento de CO2 en el ambiente, etc.
2. Los robots que combaten a los Kaiju se denominan Jaeger, cazador en Alemán.
3. Los Kaiju tienen ADN idéntico, sin embargo sus características fenotípicos son totalmente dispares.
4. Su reproducción es por clonación, aunque siempre necesitan un huésped para crecer (Kaiju madre).
5. Los Kaiju son anfibios con cordón umbilical que tienen dos cerebros; la mala broma del circular de cordón apretado y la inmadurez pulmonar del monstruo.
6. El sonido producido por los Kaiju durante las batallas suena idéntico dentro del agua como en el aire. Tomando en cuenta las propiedades del sonido y su viaje en distintos medios, ¡jamás sonaría igual!
7. Los Kaiju nivel 5 tienen un arma de pulsos electromagnéticos que utilizan para averiar cualquier circuito integrado. El Jaeger 3 es “análogo” y por esa propiedad puede resistir esta clase de ataques. Explican que su fuente de poder es por un reactor nuclear pero según su lógica, el control de la fisión nuclear se hace sin la intervención de un circuito electrónico.
8. Los zapatos de Hannibal Chau.
9. Si los creadores de los Kaiju son alienígenas con inteligencia superior a la nuestra, ¿por qué esperaron tanto para volver a emerger?
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